St. Dominic Catholic Church

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Homilies


Cómo Encontrar la Felicidad 2021-3-7 P. Roberto

 

 

Tercer Domingo de Cuaresma – Año A
P. Roberto Corral, OP
Iglesia Santo Domingo, Los Angeles, CA
7 de marzo de 2021

Título: Cómo Encontrar la Felicidad
Tema: El arrepentimiento y la fe nos dan el "agua viva" de Jesús que saciará nuestra sed de felicidad.
Lecturas: Éxodo 17, 3-7; Romanos 5, 1-2, 5-8; Juan 4, 5-42

Hace ocho siglos, Santo Tomás de Aquino, el gran filósofo y teólogo dominico, enseñaba algo que creo que es absolutamente cierto. Ensañaba que todo ser humano quiere ser feliz porque Dios nos creó para desear y buscar la felicidad en nuestras vidas. Entonces, si la felicidad es lo que todos los seres humanos queremos en nuestras vidas, ¿por qué hay tanta gente infeliz en el mundo? ¿Será porque la felicidad es imposible de encontrar? No creo que sea por eso. 
Creo que se debe a que todos tenemos diferentes ideas sobre lo que nos hará felices, y, con demasiada frecuencia, la gente busca la felicidad en los lugares equivocados. Vemos un ejemplo de esto en nuestro Evangelio de hoy.

La mujer samaritana en el Evangelio parece haber estado buscando la felicidad durante mucho tiempo en su vida. Al parecer, ha estado buscando la relación adecuada en su vida para hacerla feliz y, después de pasar por cinco maridos y ahora un novio, todavía está buscando esa felicidad elusiva. Ahora, no estoy diciendo que todo sea culpa suya; tal vez cometió el error de casarse con cinco idiotas seguidos. En cualquier caso, en el evangelio de hoy ella viene al pozo para sacar un poco de agua y, al hacerlo, se cruza con Jesús. En el curso de su conversación, se vuelve obvio que ella está sedienta de algo más que agua del pozo; busca propósito y significado en su vida; busca la felicidad... y Jesús lo sabe. Su conversación con Jesús no es muy fácil de seguir o comprender porque es muy simbólica y teológica y parece brincar de un tema a otro. Ese es el estilo de Juan el Evangelista, y él está utilizando su conversación en este Evangelio para delinear los pasos necesarios para convertirse uno en discípulo de Jesús, que es lo que finalmente le sucede a la mujer samaritana. 

En el curso de su conversación, la mujer samaritana atraviesa varias etapas de discipulado. Por ejemplo, ella comienza sin conocer a Jesús en absoluto. Pero luego, una vez que entablan conversación, ella comienza a formar una relación con él. Mientras continúa la conversación, Jesús se refiere a su complejo pasado de haber tenido cinco maridos y que ahora vive con su novio. Pero en lugar de avergonzarse y alejarse de Jesús, la samaritana parece estar dispuesta a reconocer que su vida no ha sido ideal y continúa la conversación con él. Luego, se da cuenta de que Jesús es alguien especial, tal vez incluso un profeta. Y luego, en cierto punto, ella da el salto de fe para creer que Jesús es el Mesías. Al final, dejando su jarra de agua en el pozo – que simboliza que ya no la necesita porque ha probado el agua viva de Jesús – sale corriendo para compartir con los demás aldeanos lo que Jesús ha hecho por ella y los invita a venir y experimentar a Jesús ellos mismos.

Como resultado de su encuentro, conversación y relación con Jesús, la samaritana se da cuenta de que su verdadera felicidad no vendrá de ningún hombre, ni tampoco de ninguna relación humana. Llega a ver que lo único que satisfará su sed más profunda es beber el “agua viva” que Jesús le ofrece. En otras palabras, su verdadera y duradera felicidad vendrá al abrir su corazón a Jesús. Y eso es lo que termina haciendo al final de su conversación en el Evangelio: ella abre su corazón a Jesús. A través de su conversación y relación, Jesús la libera de la carga de su pasado: todo ese rechazo y equipaje de cinco matrimonios fracasados que había estado cargando en su corazón por años. En otras palabras, Jesús la ha "desatado," la ha liberado.

Bueno, hermanos míos, Jesús también quiere desatarnos a nosotros en nuestras vidas. De eso se trata esta serie de predicación de Cuaresma titulada “Liberado – Libertad en Cristo”. Se trata de que nos desatemos y encontremos la libertad en el agua viva de Jesús. En esta tercera semana de nuestra serie, voy a hablar sobre la Primera Llave del ministerio Liberado: Arrepentimiento y Fe. Esta primera llave es un paso crítico que debemos dar para comenzar nuestro camino hacia una relación más profunda con Jesús y la libertad que él quiere darnos. Para que experimentemos la Primera Llave de Arrepentimiento y Fe, nosotros, como la mujer samaritana, tenemos que tener un encuentro y una conversación honesta con Jesús donde reconozcamos nuestra necesidad de un salvador, admitamos nuestros fracasos y malas acciones, y entreguemos nuestras vidas en fe al Señor. Nuestro arrepentimiento sincero nos lleva a la fe en Jesús y a la libertad.

Entonces, mi pregunta para cada uno de ustedes es, ¿dónde te encuentras en tu camino de fe en este momento de tu vida? ¿Qué tipo de relación tienes con Jesús? ¿Has venido ante él con sinceridad y humildad, reconociendo tus pecados y tu necesidad de que él sea tu salvador, no solo el salvador del mundo, sino también tu salvador que murió en la cruz por ti y por tus pecados? Tal vez hayas recibido todos tus sacramentos, hayas ido a una escuela católica, conozcas y sigas todas las reglas y regulaciones de la Iglesia, asistas a Misa todas las semanas o incluso todos los días. 

¡Qué bien y felicidades! Pero si no has venido verdaderamente ante Jesús y admitido que necesitas su perdón y ayuda en tu vida, y si no tienes una relación personal y significativa con él, no puedes ser un católico verdadero, comprometido y maduro. Nuestra fe católica, en última instancia, no se trata de reglas y regulaciones o de una institución; se trata de una relación. Y la relación que es el fundamento de nuestra fe, el fundamento de nuestra vida, el fundamento de nuestra salvación eterna es nuestra relación con Jesús. Podrías amar a la Virgen de Guadalupe – o a cualquier otra Virgen – con todo tu corazón, podrías tener mucha devoción a San Judas Tadeo, a San José, a Santo Domingo y otros santos, ¡y eso es fabuloso! Pero tu relación con Jesús tiene que ser la relación primordial en tu fe. Es por eso que esta Primera Llave – Arrepentimiento y Fe – es absolutamente crucial si quieres beber el agua viva de Jesús, si quieres ser libre de tus pecados y las cargas y equipaje de tu pasado, y si quieres encontrar la felicidad en tu vida.

Esta Primera Llave es un recordatorio de lo que nos enseñan la Biblia y nuestra fe Católica acerca de encontrar esta felicidad que ansiamos. Así que, déjame preguntarte esto también. ¿Has estado tú, como la mujer samaritana, buscando tu felicidad en lugares equivocados? ¿Alguna vez has pensado que si consigues el trabajo, la casa o el auto adecuados, o si logras la meta adecuada o tienes la relación propicia, serás feliz? ¿O has pensado que es solo una cuestión de tener más – más dinero, más cosas, más niños, más poder, más amigos, más comida, más alcohol, más sexo, más músculos, más tiempo libre, etc. – que eventualmente te quedarás satisfecho? 

Ahora, por supuesto, hay momentos en los que logramos algo significativo que nos trae felicidad y satisfacción por un tiempo. Pero a menudo esa felicidad y satisfacción son solo temporales, y luego anhelamos otra cosa, algo más. No es que estas cosas sean malas en sí mismas o que quererlas sea malo; muchas de ellas son cosas buenas y son buenos deseos. Pero simplemente no pueden satisfacer nuestra sed más profunda, nuestro anhelo más profundo de felicidad. Solo Dios puede hacer eso, y no encontramos a Dios “allá afuera” en alguna parte; encontramos a Dios “aquí en nuestro corazón”.

La Primera Llave del Arrepentimiento y la Fe en el Ministerio Liberado es un paso necesario para ayudarnos a encontrar a Dios aquí en nuestro corazón y, como la mujer samaritana, beber el agua viva de Jesús y encontrar nuestra libertad y nuestra felicidad en Jesús. 

La próxima semana hablaré sobre la Segunda Llave del Ministerio Liberado: El Perdón. 
Éste es otro paso importante que tenemos que tomar para encontrar nuestra libertad en Cristo.

Una vez más, me gustaría guiarlos a través de una oración del libro de Neal Lozano para ayudarlos a dar este paso esencial de arrepentimiento y fe en Jesús. Incluso si lo has hecho antes en tu vida, nunca podrás hacerlo lo suficiente. Por favor, pónganse de pie, si pueden. 
Si desean cerrar los ojos y abrir las manos con las palmas hacia arriba de esta manera (muéstraselas), pueden hacerlo. Ahora, repitan después de mí:

“Señor, soy un pecador; // Vengo ante ti para decirte// que lamento todos mis pecados.// Gracias por dar tu vida por mí, //para que pueda ser perdonado// 
y volver a casa contigo.// Por favor, ven // y sé el Señor de mi vida.// 
Quiero vivir en Tu reino //con la libertad de un hijo de Dios//
...Llévame a la libertad más profunda //que se encuentra en conocer Tu amor". // Amen.
 
Nuevamente, te invito a dejar que esas palabras que has dicho penetren en tu corazón por unos momentos...