St. Dominic Catholic Church

2002 Merton Ave | Los Angeles, CA 90041 | (323) 254-2519

Homilies


Tienes que Morir para Poder Vivir 2021-3-21 P. Roberto

Homilía para el 5° Domingo de Cuaresma – Año A
P. Roberto Corral, OP
Iglesia Sto. Domingo, Los Angeles, CA
21 marzo 2021

Título: Tienes que Morir para Poder Vivir
Tema: Debemos experimentar la muerte de la renuncia antes de poder entrar en la plenitud de la vida que Dios quiere que tengamos.
Lecturas: Ezequiel 37, 12-14; Romanos 8, 8-11; Juan 11, 1-45

Espero que hayan notado nuestro ambiente litúrgico aquí en frente del altar durante esta temporada de Cuaresma. Como pueden ver, proyecta una imagen de aridez, austeridad e incluso de muerte. Eso es porque, en muchas maneras, de esto se trata la Cuaresma. La Cuaresma está destinada a ser una temporada en la que elegimos entrar en el “desierto” de aridez al despojarnos de algunas de nuestras comidas y actividades favoritas para que podamos llegar a confiar más en Dios para satisfacernos que en esas cosas que hemos dado. 

La Cuaresma nos desafía a hacer nuestra vida más sencilla y austera para que podamos tener más hambre de Dios en nuestras vidas. Durante la Cuaresma, somos llamados a renunciar las cosas que puedan distraernos de nuestra verdadera identidad como hijos amados de Dios, y que nos distraigan de nuestro propósito final en la vida de amar y servir a Dios y a los demás. En Cuaresma, elegimos morir a nosotros mismos para poder vivir más y más para Dios. En otras palabras, la Cuaresma nos recuerda que tenemos que morir para que podamos vivir.

Esta es una de las creencias fundamentales que tenemos como cristianos, no solo durante la Cuaresma, sino a lo largo de nuestra vida cristiana; creemos que, por la gracia de Dios, la muerte conduce a la vida. Esta creencia fundamental está representada gráficamente en nuestra primera lectura y en el Evangelio de hoy, pero por falta de tiempo, quiero centrarme en el Evangelio. En el Evangelio de hoy, Jesús muestra su poder y autoridad sobre la muerte misma al resucitar a Lázaro de entre los muertos. Al igual que la curación del ciego la semana pasada, este milagro asombroso no es solo un evento histórico en el que Jesús haya devuelto la vida a una persona hace 2.000 años; 
sino que también está destinado para nosotros hoy para mostrar cómo Jesús nos llama a nosotros a una nueva vida cuando hemos estado en un sepulcro. 

Esto puede suceder, por ejemplo, cuando nos quedamos devastados por una crisis, tragedia o pérdida en nuestras vidas, o cuando nos hemos enterrado a nosotros mismos a través del pecado, egoísmo y de ceder a las mentiras y tentaciones del diablo que nos alejan de Dios. En esos momentos, Jesús nos llama por nuestro nombre, como llamó a Lázaro en el Evangelio hoy, para encontrar en él nueva vida, la fuerza y la determinación para superar los contratiempos de la vida. Y también él nos llama por nombre a renunciar a cualquier influencia maligna en nuestras vidas, a dejar las tinieblas y venir a su luz, a ser desatados y encontrar la libertad en él. Pero lo que estoy diciendo hoy es que, para recibir esa nueva vida y libertad en Jesús, primero tenemos que morir. 
Y la clave para morir a nosotros mismos es la renuncia a todas las cosas en nuestras vidas y en nuestro mundo que no son de Dios. La renuncia es la Tercera Llave del modelo del Ministerio Liberado. Ahora bien, cuando renuncias a algo, significa que ya no quieres tener nada que ver con esta influencia en tu vida. En el modelo de Liberado, la renuncia significa que ya no quieres tener más que ver con las mentiras y seducciones de Satanás que te han alejado de Dios.

Pasar por esta Tercera Llave de la Renuncia no es fácil para nosotros; de hecho, nos es imposible hacer esta renuncia por nuestra cuenta. Por eso, en el Ministerio Liberado, 
la Tercera Llave de la Renuncia está vinculada con la Cuarta Llave de la Autoridad, que es la autoridad que nos llega del mismo Jesús. Como Hijo de Dios y Señor del universo, a Jesús se le ha dado toda la autoridad y el poder en el cielo y la tierra. Cuando Jesús ascendió al cielo, les dio a sus discípulos la autoridad y el poder de ir por el mundo en su nombre. Se nos ha dado esa misma autoridad y poder como creyentes bautizados, ¡pero tenemos que creer en esta autoridad y en este poder y usarlos!

Mientras que la Tercera Llave de la Renuncia requiere honestidad y humildad para reconocer y nombrar las formas en las que nos hemos dejado alejarnos de Dios, la Cuarta Llave de la Autoridad requiere fe para creer que se nos ha dado la autoridad y el poder de Jesús sobre cualquier influencia maligna en nuestras vidas. Y también requiere el coraje para ordenar que esta influencia maligna se vaya en el nombre de Jesús, 
así como el coraje para hacer que las palabras que hemos dicho en nuestra renunciación consten en nuestras vidas. He escrito en mi mensaje en el boletín de hoy cómo puedes aplicar la renuncia y la autoridad en tu propia vida, y te animo a que lo pruebes.

Entonces, al terminar esta serie de predicación sobre Liberado: Libertad en Cristo, quiero resumir las Cinco Llaves una vez más. 
La primera clave es el arrepentimiento y la fe, donde reconocemos y nos arrepentimos de nuestros pecados y entregamos nuestras vidas a Jesús. 
La Segunda Llave es el Perdón, donde damos a los demás el perdón y la misericordia que hemos recibido del Señor. 
La Tercera Llave es la Renuncia a toda influencia maligna en nuestras vidas. 
La Cuarta Llave es la Autoridad donde invocamos y usamos la autoridad que tenemos de Jesús para vencer el mal y quebrantar su poder sobre nosotros.

Estas primeras cuatro llaves son los pasos que debemos dar para morir a nuestro falso yo, a nuestro ego y a todo lo que no es de Dios en nuestros corazones y vidas. Solo cuando hayamos muerto a nosotros mismos de esta manera estaremos listos para experimentar La Quinta y última Llave que, como mencioné hace varias semanas, es Recibir la Bendición del Padre. Esto quiere decir recibir la nueva vida de libertad, poder, paz y alegría que Dios quiere que tengamos como sus amados hijos. 

Mis hermanos y hermanas, como Lázaro, tenemos que salir de nuestros sepulcros, y tenemos que estar desatados si queremos la verdadera libertad en Cristo. Tenemos que morir para poder vivir.

Una última vez, me gustaría guiarlos a través de una oración del libro de Neal Lozano sobre el Ministerio Liberado. En realidad, es una combinación de dos de sus oraciones que nos conducirá a través de las Llaves de la Renuncia y la Autoridad. Esta oración consta de tres partes. Primero, los guiaré en una renuncia general a Satanás y a todas sus obras y promesas vacías. Entonces los guiaré en una renuncia específica a algo que quieran entregar al Señor. Dirán esa renuncia específica en silencio en su mente, no en voz alta. En segundo lugar, yo mismo daré el mandato de autoridad diciéndoles a los espíritus malignos que se vayan. Luego haré una pausa por unos momentos. Presten atención a cualquier cosa que el Señor pueda poner en su corazón o mente en esos momentos. Tercero, los guiaré a terminar la oración con acción de gracias. Así que, por favor, piensa en algún pecado o cosa a la que te gustaría renunciar específicamente cuando llegue ese momento de oración. (Pausa)

Si pueden y si lo desean, les pido que se pongan de pie. Si desean abrir las manos con las palmas hacia arriba y cerrar los ojos, pueden hacerlo. Ahora, repitan después de mí:

Señor Jesús, // Te entrego mi vida. // Confío en ti. // En el nombre de Jesús, // renuncio a Satanás // y a todas sus obras // y promesas vacías. // En el nombre de Jesús, // renuncio específicamente a _________________ (dilo en silencio en tu mente).

AHORA, YO SOLO VOY A DECIR LO SIGUIENTE:
En el nombre de Jesús, le ordeno a Satanás y a todo espíritu maligno detrás del pecado al que cada uno de nosotros ha renunciado hoy ¡que se vaya en el Nombre de Jesús! ¡Te ordeno que te vayas en el nombre de Jesús! (Pausa)

Ahora, repitan después de mí lo siguiente:
Gracias, Jesús, // por darme la victoria sobre mis enemigos // y por liberarme. // No tengo miedo. // Amén.

En el domingo de Pascua, como iglesia, renovaremos nuestras promesas bautismales, comenzando con algunas de estas mismas palabras de renuncia a Satanás. Pero también tú puedes hacerlo siempre que lo necesites; simplemente renuncia a Satanás y a cualquier área particular de lucha que tengas en el nombre de Jesús. Esta es la autoridad y el poder que Jesús nos da a cada uno de nosotros como hijos de Dios, para morir al pecado y vivir para Dios.