St. Dominic Catholic Church

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Homilies


Abre las Puertas Domingo 3 de Pascua 2021-4-18 P. Roberto

 

 

Homilía para el Tercer Domingo de Pascua - Año B
P. Roberto Corral, OP
Iglesia de Santo Domingo, Los Angeles, CA
18 de abril de 2021

Título: Abre las Puertas
Tema: Jesús nos ayuda a abrir las puertas detrás de las que a menudo nos escondemos.
Lecturas: Hechos 3, 13-15, 17-19; 1 Juan 2, 1-5a; Lucas 24, 35-48

Durante esta pandemia, todos hemos experimentado la sensación de estar encerrados y aislados, al menos en ocasiones. No hemos podido salir y hacer las cosas a las que estamos tan acostumbrados como venir a la iglesia, ir a la escuela o al trabajo, ir de compras, al cine, a la playa o al parque o visitar a familiares y amigos. Yo recuerdo que fue especialmente difícil cuando tuvimos que cumplir con el toque de queda y básicamente se nos prohibió salir de nuestras casas, excepto por razones absolutamente necesarias. Algunos de ustedes que están mirando nuestra Misa en línea todavía se encuentran en ese tipo de aislamiento, ¿verdad? Además del aislamiento que hemos sentido, está el miedo a lo desconocido: ¿qué pasará si yo o mis seres queridos nos enfermamos? ¿Voy a perder mi trabajo? ¿Cuánto tiempo durará esto? ¿Cuándo volverán las cosas como estaban? Etc. Y por encima de todo esto, está el estrés que proviene de vivir juntos en un espacio pequeño sin poder alejarse por un período de tiempo tan largo. Por estas razones, muchos de nosotros nos hemos vuelto más irritables e impacientes e incluso deprimidos.

Me imagino que los apóstoles estaban experimentando muchas de estas mismas emociones mientras permanecían encerrados y aislados detrás de puertas cerradas después de la crucifixión de Jesús el Viernes Santo. Ellos también se sentían inseguros y llenos de miedo porque temían que los líderes judíos los cazaran y los mataran como habían matado a Jesús. Quizás también sentían vergüenza por haber huido y dejado que Jesús muriera solo. Ellos tampoco tenían idea de lo que debían hacer, particularmente después de que María Magdalena les había dicho que había visto a Jesús resucitado. Eso les parecía totalmente imposible. No había forma de que Jesús pudiera regresar de ser crucificado el Viernes Santo… ¿o no? Si Jesús estuviera vivo, ¿estaría enojado con ellos? ¿Cómo podrían enfrentarse a él de nuevo? Probablemente todos estaban sacudidos, deprimidos, perdidos y quizás enojados y culpándose unos a otros.

Y en medio de todas esas emociones y conmociones, Jesús se les aparece. A pesar de las puertas cerradas, de alguna manera Jesús está allí con ellos. A pesar de que sus corazones están encerrados por el miedo, la ira, la vergüenza, la duda, la depresión y el pecado de su cobardía y traición, Jesús está allí con ellos. Y las primeras palabras que salen de la boca de Jesús no son palabras de ira, amargura o insulto. Sus primeras palabras para ellos son "la paz esté con ustedes".

Mis hermanos y hermanas, esta es una buena noticia tan asombrosa, no solo para los apóstoles, sino también para nosotros hoy. Este evangelio nos dice dos cosas importantes. Primero, nos dice que Jesús siempre viene a nosotros donde estemos. Jesús no esperó a que los apóstoles vinieran a él; sino que él vino a ellos en su miseria, su dolor, su confusión, su vergüenza y su pecado. De la misma manera, Jesús viene a nosotros justo cuando más lo necesitamos. No tenemos que tener vidas bonitas y arregladas para que Jesús venga a nosotros. En ese momento, los apóstoles probablemente estaban en el punto más bajo de sus vidas, y ahí es exactamente dónde y cuándo Jesús vino a ellos. La segunda cosa que nos dice este Evangelio es que el primer pensamiento que Jesús tiene en su mente para nosotros; sus primeras palabras para nosotros – incluso cuando la hemos regado totalmente – son "la paz esté contigo". ¿No es ésa una gran noticia? Él no nos grita, no nos insulta ni se aparta de nosotros. Simplemente quiere que volvamos a él y lo dejemos amarnos.

Así que, ¿estás experimentando algo que está ahogando tu corazón hoy? ¿Está tu corazón encerrado por el miedo, la ira, la vergüenza, la duda, la depresión, la oscuridad o el pecado? ¿Con qué estás luchando en tu vida? Sea lo que sea, donde sea que estés en tu vida, Jesús te está diciendo ahora mismo que él está contigo; y te está diciendo: "La paz esté contigo".

Y también te está diciendo que salgas de detrás de esas puertas cerradas de tu corazón y que vuelvas a él. Él te está diciendo que dejes a un lado tu miedo, enojo, vergüenza, duda, depresión, oscuridad o pecado, para que él te ayude a abrir esas puertas y a entrar en su maravillosa luz.

Mis hermanos y hermanas, tu corazón y tu vida no están destinados a estar encerrados. Quedarte a puerta cerrada puede hacer que te sientas seguro por un tiempo, pero también te mantiene alejado de las personas, los eventos y las experiencias que necesitas para convertirte en la persona que Dios quiere que seas.

Y lo último que debemos tener en cuenta es que este mensaje vivificante no es solo para nosotros; tenemos que transmitirlo a otros, para ayudarlos a que ellos salgan de detrás de sus puertas cerradas. Tal vez sea tu cónyuge o pareja, tus hijos o nietos, tus hermanos, tu compañero de trabajo o algún otro ser querido que se ha encerrado y aislado detrás de puertas cerradas. ¿Puedes tú ser Jesús para ellos? ¿Puedes tú traerles reconciliación, sanación, comprensión y compasión y decirles: "La paz esté contigo?"

Hermanos y hermanas, abramos las puertas de nuestros corazones para que Jesús pueda entrar más profundamente en ellos, para que él nos pueda iluminar con su gracia y amor, y para que nosotros podamos llevar la paz de Cristo a los demás.