St. Dominic Catholic Church

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Homilies


¿Tú Me Amas? 2021-10-31 P. Roberto

Homilía del 31o Domingo - Año B
P. Roberto Corral, OP
Iglesia de Sto. Domingo, Los Ángeles, CA
31 de octubre de 2021

Título: ¿Tú Me amas?
Tema: Dios quiere que lo amemos con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, y que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Lecturas: Deuteronomio 6, 2-6; Hebreos 7, 23-28; Marcos 12, 28b-34

Uno de mis musicales favoritos es “El Violinista en el Tejado.” Para aquellos de ustedes que no lo han visto, se trata de un lechero judío pobre, llamado Tevye, y su familia en Rusia a principios de la década de 1900. Una de las canciones del musical se titula "¿Me amas?" Es una conversación entre Tevye y su esposa de 25 años llamada Golde, una esposa de lengua afilada pero leal y buena mujer. Aquí está parte de la canción:


Tevye: Goldi, ¿tú me amas?

Golde: ¿Si yo qué?

T: ¿Tú me amas?

G: ¿Si te amo?
Con las bodas de las hijas y 
los líos que hay aquí, debe ser que andas mal, un dolor, algo así. 
A lo mejor andas medio indigesto.

T: Goldi, te estoy preguntando: ¿tú me amas?

G: ¡Estás loco!

T: Ya sé…pero ¿tú me amas?

G: ¿Si te amo? Por 25 años te atendí, cociné, te lavé, cuidé a las hijas, ordeñé, 
Después de 25 años, ¿qué te hace hablar de amor?
    T: Muy bien, pero, Goldi: ¿Tú me amas?

G: ¡Soy tu esposa!

T: ¡Ya sé! Pero…¿tú me amas?

G: (Hablándose a sí misma) ¿Si lo amo?…
Son 25 años junto a él, de luchar, de sufrir,
 siempre a su lado yo dormí…si no es amor, ¿qué es?

T: ¡Entonces, sí me amas!

G: Yo supongo así…

T: Y yo también supongo que te amo a ti.


"¿Tú Me amas?" – es una de las preguntas más importantes que una persona pueda hacerle a otra; y también es una cuestión importante en nuestra relación con Dios. El evangelio de hoy nos desafía a ver la pregunta, "¿Tú Me amas?" desde el punto de vista de Dios. En el Evangelio, Jesús nos dice hoy clara y contundentemente que el mandamiento más importante para nosotros los cristianos es amar a Dios con todo lo que somos: con nuestro corazón, alma, mente y fuerza. Ahora, por un lado, este es un mandamiento; Mas por otro lado, yo simplemente no puedo imaginar a Dios diciéndonos de manera exigente o amenazante: 
“¡Más te vale que me ames! ¡Te ordeno que me ames! Más bien, me imagino a Dios haciéndole a cada uno de nosotros la misma pregunta que Tevye le hizo a Goldi en El Violinista en el Tejado: "¿Tú Me amas?" No es una orden, sino una pregunta. Y luego, Dios espera nuestra respuesta.

Bueno, esa es la pregunta que quiero que todos nos hagamos hoy: "¿Amo a Dios?" Esto suena muy básico y simple, pero en realidad es la pregunta crucial de la que depende nuestra fe en Dios. La pregunta no es sólo si sabemos acerca de Dios o si creemos en Dios; sino, ¿amamos realmente a Dios? Entonces, les pediría a aquellos de ustedes que estén dispuestos a hacerlo, 
que se hagan esta pregunta en algún momento tranquilo durante esta Misa o más adelante:
"En el fondo de mi corazón, ¿puedo decir honestamente que realmente amo a Dios con todo mi corazón, alma, mente y fuerzas?"

Ahora, por supuesto, ninguno de nosotros ama a Dios perfectamente; así que déjenme explicárselo de otra manera. En una escala del 1 al 10, siendo 10 el amor perfecto por Dios,
y 1 no tener ningún amor a Dios, ¿dónde estarías tú en esa escala? Me imagino que la mayoría de nosotros nos ubicaríamos en algún lugar intermedio, ¿verdad? Quizás un 5, 6 o 7. Ahora, déjenme decirles que si te colocas en el extremo inferior de la escala, digamos un 1, 2 o 3, no significa que seas una mala persona o que Dios te vaya a castigar. Pero sí significa que tu fe solo puede llegar hasta cierto punto, porque nuestra fe católica no se trata simplemente de seguir reglas y regulaciones o de creer una lista de cosas. En última instancia, como dice Jesús en nuestro Evangelio de hoy, nuestra fe católica se trata de amar a Dios; o sea, se trata de tener una relación profunda y personal con nuestro creador. Por lo tanto, si no tienes esa relación, 
entonces realmente no puedes experimentar la plenitud de vida y la felicidad que Dios quiere que tengas.

Entonces, ¿cómo podemos determinar con mayor precisión dónde estamos en esa escala del 1 al 10? Bueno, permítanme darles un par de ideas. Una buena forma de medir nuestro amor por Dios es preguntarnos, de vez en cuando, por qué hacemos lo que hacemos como católicos. Por ejemplo, ¿por qué vienes a misa? Si vienes a misa siempre o con frecuencia simplemente por un sentido del deber u obligación, o por miedo a ser castigado si no vienes, o si vienes principalmente por un sentido de hábito o tradición, o vienes solo porque tu mamá o tu abuela te obliga, no es malo ni pecaminoso, pero tampoco es amor. Y creo que es por eso que Tevye en la canción no se conforma con la primera respuesta de Goldi de simplemente enumerar todas las cosas que ella ha hecho por él en los 25 años de matrimonio. Entonces, Tevye sigue presionándola: "Sí, sé que haces todas esas cosas, pero ¿me amas?" Y creo que Dios nos dice lo mismo: “Sí, yo sé que vas a misa, rezas, das dinero a los pobres, envías a tus hijos a la escuela católica o al catecismo, etc. Pero, ¿me amas?

Creo que todos sabemos que si realmente amamos a alguien – ya sea otro ser humano o Dios – 
en algún momento, hacemos cosas por ellos, no por deber u obligación, sino por una sensación de deleite y alegría. Con mucho gusto les damos a aquellos que realmente amamos nuestro tiempo, energía, compromiso, y dinero y hacemos sacrificios por ellos, no solo porque los hará felices a ellos, sino también porque nos hace felices a nosotros hacerlo por ellos. Entonces, si vienes a Misa principalmente para agradecer y alabar a Dios y hacerlo feliz, eso es un signo de amor verdadero.

Ahora, me doy cuenta de que hay momentos en los que no tenemos ganas de ir a misa, o de orar o confesarnos o leer la Biblia, y simplemente lo hacemos para cumplir con una obligación.
Esa es una reacción humana normal a veces, no solo en nuestras observancias religiosas, sino en todos los aspectos de la vida humana. Por ejemplo, a veces no tenemos ganas de ir al trabajo o a la escuela, o no tenemos ganas de cocinar o limpiar o de hacer nuestra tarea, etc., 
y lo hacemos solamente para no tener que molestarnos más. Yo entiendo eso. Pero de nuevo, si tu actitud habitual hacia asistir a misa o realizar cualquier actividad religiosa es de hacerlo de mala gana, solo para cumplir, solo haciendo lo mínimo que sea necesario, entonces yo diría que probablemente estés bastante bajo en esa escala del 1 al 10 en términos de tu amor a Dios.

Otra forma de medir nuestro amor por Dios es por cumplir con lo que Jesús llamó el segundo mandamiento en el Evangelio de hoy: amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Esta es probablemente la forma más importante y más desafiante en la que podemos demostrar nuestro amor por Dios, y creo que es por eso que Jesús vinculó estos dos mandamientos: amar a Dios y amar a los demás. Jesús nos está diciendo que simplemente no podemos decir que amamos a Dios y al mismo tiempo odiar a alguien. Una de las citas más desafiantes que he escuchado en mi vida se atribuye a Dorothy Day, la santa mujer católica del siglo pasado. Ella dijo: "Amas a Dios tanto como a la persona que menos amas". Piénsalo. "Amas a Dios tanto como a la persona que menos amas". ¡Guau! No sé ustedes, pero eso me parece muy, muy desafiante. Estoy seguro de que la mayoría de los que estamos aquí tenemos al menos una persona a la que realmente no podemos soportar. Bueno, imagina a Dios parado frente a ti, y justo al lado de Dios está aquella persona que realmente te cae gordo o incluso que odias. Luego, imagina a Dios mirándote directamente a los ojos y diciéndote: "Si me amas a mí, también tienes que amar a esta persona".

Mis hermanos y hermanas, Dios quiere más que nada que lo amemos con nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente y nuestras fuerzas; quiere que lo amemos con una sensación de deleite, alegría y gratitud. Y realmente quiere que mostremos nuestro amor por él por amar a los demás, especialmente a los que son difíciles de amar. Y Dios nos pregunta a ti y a mí una y otra vez en nuestras vidas: "¿Tú Me amas?" Nos hace esta pregunta: cuando las cosas nos van bien y cuando estamos luchando; cuando estamos en la iglesia, en casa, en el trabajo, en la escuela o donde sea; cuando pensamos en las personas que amamos y cuando pensamos en las personas que no podemos soportar. Dios nos está pidiendo a ti y a mí aquí y ahora y una y otra vez en nuestras vidas: "¿Tú Me amas?" ¿Cuál es tu respuesta?