St. Dominic Catholic Church

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Homilies


Llevar la Esperanza de Jesús a los Demás 2021-11-28 P. Roberto

 

 

Homilía para el 1er Domingo de Adviento – Año C
P. Roberto Corral, OP
Iglesia Sto. Domingo, Los Angeles, CA
28 de noviembre de 2021

Título: Llevar la Esperanza de Jesús a los Demás
Tema: Estamos llamados a buscar a Jesús y llevar su esperanza a los demás.
Lecturas: Jeremías 33, 14-16; 1Tesalonicenses 3, 12-4:2; Lucas 21, 25-28, 34-36


Quizás recuerden la noticia de hace tres años cuando una mujer policía blanca en Dallas, Texas, disparó y mató a un hombre negro desarmado llamado Botham Jean mientras éste estaba sentado y comiendo en su apartamento a oscuras. El oficial dijo que había entrado por error en el apartamento del Sr. Jean creyendo que era el suyo, que estaba exactamente un piso debajo del apartamento del Sr. Jean, y que le disparó porque pensó que era un ladrón. El oficial de policía finalmente fue declarada culpable de asesinato y condenada a prisión. Tan triste como fue esa situación, también hubo un momento de increíble gracia que ocurrió. Tomó lugar justo después de que el juez leyó la sentencia. En ese momento, el hermano menor del Sr. Jean se acercó al oficial de policía, justo en el medio de la sala del tribunal, la abrazó y la perdonó por haber matado a su hermano. Él le dijo: “Yo te perdono. Sé que, si acudes a Dios y le pides, él también te perdonará...ni siquiera quiero que vayas a la cárcel...quiero lo mejor para ti ".

En medio de lo que debe haber sido un momento muy oscuro para el hermano del Sr. Jean y su familia, en medio de la oscuridad de numerosas denuncias y protestas contra la brutalidad policial de los últimos años, particularmente contra los negros, que han provocado divisiones e incluso violencia en nuestro país; en medio de toda esa oscuridad, este joven trajo un destello de luz y esperanza al abrazar y perdonar al oficial de policía que había matado a su hermano.
Para mí, este asombroso acto de valentía y compasión ilustra el tema de nuestra parroquia para el Adviento de este año: "Encontrar a Jesús en la Oscuridad". 

No sé cómo el hermano menor del Sr. Jean pudo superar la conmoción, la tristeza y la ira por la muerte de su hermano tan repentina e innecesaria; pero, por la gracia de Dios, de alguna manera pudo encontrar a Jesús en ese momento oscuro. Pero, aún más que eso, no solo guardó esa luz y esperanza de Jesús para sí mismo o para su familia; sino que trajo la luz de Jesús, la luz del amor, el perdón, la curación y la esperanza al oficial de policía y a todos los que hemos escuchado esta historia. ¿No te inspiran y te dan esperanza historias como ésta, historias de perdonar lo imperdonable?

Y yo digo que esta historia también refleja lo que Jesús está diciendo en el Evangelio de hoy.
Jesús obviamente está hablando del fin del mundo cuando él regresará para juzgar la Tierra.
Dice que habrá desastres naturales y que la gente estará consternada, perpleja y llena de angustia y terror. Sin embargo, creo que las palabras más importantes del Evangelio de hoy son estas donde Jesús dice: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación…y comparezcan seguros ante el Hijo del hombre.” En otras palabras, creo que Jesús nos está diciendo: “No se preocupen por lo que sucederá a su alrededor, levántense, levanten la cabeza y el corazón y búsquenme porque estaré allí con ustedes y para ustedes.” No creo que esas sean palabras solo para el fin del mundo; ¡Son palabras que necesitamos escuchar ahora mismo! ¿Amén? ¡Amén!

Porque estoy seguro de que todos estaríamos de acuerdo en que vivimos tiempos oscuros en estos días, mientras seguimos luchando por superar:
la pandemia y su impacto económico y social continuo en nuestro mundo,
las divisiones en nuestro país, las divisiones en nuestra Iglesia Católica,
los efectos del cambio climático,
el azote del racismo y la injusticia,
el progresivo problema de las personas sin hogar,
la creciente sobredosis de drogas,
la creciente sensación de soledad y aislamiento en nuestra sociedad, y así sucesivamente.

Y la tentación para nosotros en estos tiempos es rendirnos, es ceder a la oscuridad,
ceder a la negatividad, el desánimo, el cinismo y la desesperanza; es una tentación encerrarnos en nosotros mismos o tratar de escapar de la oscuridad a través de la bebida, las drogas, comer en exceso o algún otro comportamiento adictivo o poco saludable. Pero creo que Jesús nos está diciendo en el Evangelio de hoy que no nos acobardemos de miedo de la oscuridad en nuestro mundo, que no nos rindamos, sino que nos mantengamos fuertes y hagamos lo que hizo el hermano del Sr. Jean: buscar a Jesús en la oscuridad porque está aquí con nosotros y para nosotros en medio de nuestro dolor y nuestras luchas.

Las palabras de Jesús en el Evangelio de hoy y la inspiradora historia del perdón del hermano del Sr. Jean son recordatorios poderosos de que Jesús realmente está con nosotros, que podemos encontrarlo, que debemos encontrarlo, en medio de nuestra oscuridad. Pero eso significa que tenemos que hacer el arduo trabajo de buscar al Señor, especialmente cuando nos enfrentamos a la oscuridad y las dificultades. Y luego, Jesús nos pide que hagamos una cosa más. No nos basta con encontrar la luz de Jesús para nosotros mismos; Sino que debemos llevar su luz y llevar su esperanza a los demás. Mis hermanos y hermanas, esta es la obra que Jesús nos pide que hagamos en este tiempo de Adviento: buscarlo y encontrarlo en las tinieblas de nuestro mundo, y llevar su luz y su esperanza a los demás.

Para ayudarnos a hacer esto, la Iglesia nos da dos recursos importantes durante el Adviento.
El primer recurso es nuestra corona de Adviento con la que la mayoría de nosotros estamos familiarizados. Al encender la primera vela de esperanza esta semana, y al encender una vela más cada semana que representa el amor, la alegría y la paz, en ese orden, nos recordamos que Jesús es la Luz del Mundo; que él es nuestra luz que brilla en las tinieblas. Esta no es solo una linda y dulce tradición de Adviento, es verdaderamente un acto de fe que hacemos como pueblo de Dios durante el Adviento. Al encender la vela de la esperanza esta semana, y al encender una vela más cada semana, nos mantenemos firmes como comunidad y expresamos nuestra creciente esperanza y confianza en que la luz de Jesús vencerá la oscuridad que nos rodea.

El segundo recurso que utilizaremos en este Adviento es Nuestra Señora de Guadalupe.
Es por eso que honramos su imagen aquí en nuestra iglesia al comienzo de nuestra Misa de hoy. Nuestra Señora de Guadalupe trajo la luz de Jesús a los indígenas de México en un momento de gran oscuridad cuando fueron conquistados y luego esclavizados y oprimidos por los conquistadores españoles. Ella era un signo de gran compasión y esperanza para un pueblo desesperado, y les ayudó a encontrar a Jesús a pesar de sus luchas. Del mismo modo, puede llevar todos nosotros a Jesús para que él sea nuestra luz y nuestra esperanza.

A lo mejor han escuchado un dicho muy conocido que dice: "Es mejor encender una vela que sentarse y maldecir la oscuridad". Y eso es exactamente lo que creo que Jesús quiere que hagamos en este Adviento; de hecho, creo que es lo que Jesús quiere que hagamos durante todo el año. En lugar de sentarnos y maldecir la oscuridad que nos rodea, en lugar de rendirnos y ceder ante la oscuridad, Jesús nos invita a todos a buscarlo en medio de la oscuridad, y luego,
como lo hizo el hermano menor del Sr. Jean, dejar que su luz nos llene de fuerza, amor, perdón y esperanza, y luego llevar la luz y la esperanza que tenemos en Jesús a los demás.
¿Podemos, tú y yo, encender al menos una vela de esperanza este Adviento?