St. Dominic Catholic Church

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Homilies


9/24/2017 XXV Domingo

Apple Me envió uno de los nuevos iPhone 10s para probar. Quieren ver cómo las personas mayores manejarán la tecnología nueva. Por ejemplo, en lugar de introducir un código para desbloquear el teléfono, el teléfono reconocerá su cara y luego se desbloqueará. Muy bien, ¿verdad? Vamos a intentarlo.

Una voz del teléfono dice: "Eres Michael Fones. Reconozco tu cara fea."

Me gustó  más mi viejo iPhone. 

¿Por qué Apple sigue mejorando sus productos? Supongo que es porque quieren ganar más dinero. Y pueden ganar más dinero porque estamos aceptando - incluso exigiendo - el cambio. Eso es lo que las empresas exitosas hacen -  están mejorando constantemente, lo que significa que están cambiando constantemente. 

¿Qué pasa con nosotros? Me parece que a menudo cambiar es lo último que queremos hacer. Lo oigo en mi propia voz cuando digo cosas como, "me gustan mucho los dulces - soy como mi papá de esa manera." O "Yo haría ejercicio si no estuviera tan ocupado." Siempre ponemos excusas para no cambiar, incluso cuando sabemos que es bueno para nosotros. Eso es porque hay una especie de tirón gravitacional para hacer lo que es más fácil y más agradable hasta que lo encontramos. Jesús llama a esto el camino ancho que muchos eligen, pero, dice, conduce a la destrucción. Y muchos de nosotros estamos siendo destruidos por el estilo de vida que nuestra cultura fomenta. Estamos estresados, sobrecargados de trabajo, ansiosos, enojados y frustrados.

En nuestra primera lectura, escuchamos a Dios diciéndonos que lo busquemos, cuyos caminos son diferentes de nuestros caminos y cuyos pensamientos son diferentes de los nuestros. Quizás no pensemos en nosotros mismos como malvados o criminales, pero recuerden que la semana pasada Jesús nos comparó con criados que están tan endeudados con nuestro amo que miles de vidas de trabajo no pagarían la deuda. Así que necesitamos cambiar, desde la perspectiva de Dios. Somos hijos adoptivos de Dios, y Él quiere que seamos felices y tomemos buenas decisiones, como los padres aquí quieren para sus propios hijos. El cambio es difícil. Hay gente que no nos gusta, gente que no queremos perdonar, aspectos de la crianza de los hijos o nuestro trabajo o matrimonio que podamos prescindir. 

Pero tenemos la libertad de cambiar, y aquí hay cuatros cosas que pueden ayudarnos.

1. Hacer un cambio espiritual - Si ponemos a Dios cada vez más en el centro de nuestra vida, todo lo demás caerá en su lugar.

2. Comenzar pequeño y simple. Haz algo que realmente puedes hacer, dándote cuenta de que si estás ocupado, es probable que tengas que parar de hacer otras cosas. Tal vez significa pasar cinco minutos menos con el periódico de la mañana para que puedas  leer el evangelio del día. Empezar en algún lugar, y empezar  en pequeño.

3. Comienza hoy mismo. Si esperas hasta mañana, es menos probable que empieces.

San Pablo dice que la vida cristiana es como el entrenamiento de un atleta. La única vez que he trabajado consistentemente fue cuando tuve un compañero. Aprendí de él, y me dió mucho ánimo. Los días que no quería ir al gimnasio, nuestra amistad era una buena motivación - y un poco de culpa anticipada me ayudó, también.

4. Así que mi cuarta sugerencia es, si es posible, tener un compañero. Al seguir a Jesús no debe ser un esfuerzo solitario. Invitas a alguien a ayudarte a ser responsable de los cambios que realices.

Una última palabra sobre el cambio y la conversión. Jesús dice que el reino de los cielos es como un propietario con una variedad de trabajadores. Algunos trabajan duro todo el día, algunos sólo trabajan durante una hora, pero todos reciben el mismo salario. Las parábolas de Jesús son siempre acerca de Dios, no de nosotros, así que favor de centrarse en las acciones del propietario. La parábola indica que no hay ninguna diferencia entre si experimentamos conversión tarde en la vida o temprano. No hay ninguna diferencia entre nosotros que hemos trabajado más duro en seguir a Jesús y otros que no han trabajado tanto. No hay ninguna diferencia entre si somos teológicamente sofisticados o si tenemos una confianza simple en Dios. Fundamentalmente, la salvación - el salario que el dueño de la tierra da al final del día - es un regalo, no algo ganado por el trabajo duro - o por las obras buenas. La generosidad absoluta de Dios no será superada y sólo necesita ser aceptada como regalo. Sus caminos no son nuestros caminos, gracias a Dios. Sus caminos son mejores. Así que dejen el Apple iPhone nuevo y mejorado. La tradición dice que fue una manzana la que nos metió en problemas desde el principio.